TELA
Tela
Tela
es la segunda ciudad más importante del departamento de Atlántida, Honduras.
Dos parques nacionales y un jardín botánico la transforman en un reino de
aventuras sin igual. Cada año, tras los fríos de enero, la ciudad va
adquiriendo el color y calor que la caracteriza.
Fue
fundada por Cristóbal de Olid el 3 de mayo de 1524. La tradición señala que el
nombre original de la población era Triunfo de la Cruz, ya que fue creada
precisamente el Día de la Cruz, de acuerdo al calendario católico. La misma
tradición sostiene que el nombre se fue acortando hasta quedar como lo
conocemos ahora.
Gracias
a Tela, Honduras es famosa por sus playas, uno de los principales destinos de
los turistas en la semana santa o semana mayor, su historia como emporio
bananero y la belleza de sus áreas naturales protegidas. Además, la enorme
riqueza cultural que representa el pueblo garífuna, Patrimonio Intangible de la
Humanidad y que habita en diversas aldeas como Tornabé, San Juan y Triunfo de
la Cruz.
Dentro
de sus áreas protegidas se deben mencionar los parques nacionales Jeannette Kawas y Punta Izopo,
el Jardín Botánico
Lancetilla y el Refugio de Vida Silvestre Texíguat. Por
supuesto, las playas de la Bahía de Tela son la principal atracción para miles
y miles de turistas que llegan a disfrutar de las delicias del mar.
Parasailing, buceo, snorkel, observación de aves y pesca son parte de los
deportes extremos y pasatiempos que se practican constantemente.
Esto
ha hecho que Tela conste de una sólida oferta hotelera para todos los
bolsillos, desde las lujosas y cómodas villas a orillas de playa en La Ensenada Beach Resort o
enVillas Telamar, hasta
pequeñas y limpias habitaciones en hoteles como Marsol, en el centro de la
ciudad.
En
la actualidad, Tela vuelve con fuerza a sus épocas de oro como cuando las
compañías bananeras dominaban la actividad comercial de la zona. Uno de sus más
ambiciosos proyectos es el complejo turístico Los Micos Beach Resort and Golf
Club. Este proyecto de gran envergadura creará hoteles, restaurantes, bares,
marina y hasta un campo de golf. Todo en las cercanías de la Laguna de los
Micos, en el Parque Nacional Jeannette Kawas. Para cuando se termine es muy
posible que Tela se convierta en el destino favorito de sol y arrecife de toda
Centroamérica.
Un
futuro promisorio para una ciudad pequeña en un escenario natural formidable.
El espíritu de la ciudad
Tela es una ciudad hospitalaria donde todo el
mundo se conoce y se saluda. Tras la partida de la compañía bananera Tela
Railroad Company, la ciudad cayó en un primer momento de incertidumbre.
Afortunadamente, poco a poco, el turismo se fue convirtiendo en la nueva forma
de vida y pensamiento de la comunidad, el motor de la vida económica. Esto no
ha cambiado. Tela es una ciudad que pertenece a los teleños de lunes a viernes.
El fin de semana y durante los feriados de diciembre y Semana Santa, la ciudad
se puebla de turistas locales provenientes principalmente de San Pedro Sula y
Tegucigalpa. ¿Qué busca la gente en Tela? Sus extraordinarios parques
nacionales y su jardín botánico son parte de la respuesta. Por otro lado, sus
arrecifes en la bahía se están convirtiendo en atractivos para los amantes del
buceo. En diciembre se da el Festival de Observación de Aves en el Jardín
Botánico Lancetilla. Un evento que cada año atrae a más y más amantes de las
aves.
Tela, el nuevo destino para
el buceo científico
Tela,
un destino que atrae a miles de extranjeros y nacionales todos los años,
incorporó a su oferta turística un espectacular campo de golf en 2014, en esta
Semana Santa le sumará una nueva franja de playa de arena blanca y en los
próximos meses dará la mayor sorpresa qué dejará estupefactos a los amantes en
todo el mundo de la vida subacuática.
En mayo próximo abrirá las
puertas un laboratorio marino en el complejo Honduras Shores Plantation, situado en el norte de este
municipio, que, de inmediato, comenzará a recibir estudiantes y científicos de
importantes universidades, como Stanford, Harvard (Estados Unidos) y Oxford
(Reino Unido).
El laboratorio será un pequeño edificio, pero una
gran ventana que les permitirá a los científicos conocer, apreciar y descubrir
el tesoro natural que guarda en sus entrañas el mar teleño: el arrecife
coralino más nutrido del Caribe.
Después de la Great Barrier
Reef (Gran Barrera de Coral) de Australia, el Sistema Arrecifal Mesoamericano,
el cual serpentea unos mil kilómetros de las costas de México, Belice,
Guatemala y Honduras, es el segundo más grande del mundo. Los
arrecifes de coral, llamados también selvas de mar, conforman un ecosistema que
hospeda una diversidad de especies de animales marinos.
En la última década, el sistema mesoamericano ha
sufrido un deterioro a causa de factores naturales (tormentas y huracanes) y
acciones ejecutadas por el hombre (contaminación, pesca no sustentable). de
acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Tela
arrecifes sanos
En 1983, una bacteria que
salió a través de Bocas del Toro, Panamá, invadió el Caribe y causó la
mortandad del erizo Diadema antillarum (erizo de púas largas), un herbívoro que
consume las algas que envuelven y asfixian los corales.
La extinción del erizo protector desencadenó el
deterioro del Sistema Arrecifal Mesoamericano.
“En un año murió el 99.8% de los erizos, empezó a
crecer el alga y comenzó a sofocar el coral, por eso, en los últimos 20 años,
se perdió el 50% el coral de todo El Caribe.
Lo extraño es que en no se murió el erizo Diadema
antillarum y el coral es más abundante”, dijo Antal Börcsök, director del
Centro de Investigación Marino de Tela.
Después de 2010, científicos, según Börcsök,
lograron establecer que “en un metro cuadrado de arrecife en el Caribe hay un
22% de coral saludable (en promedio es de 18%). Mientras en Roatán hay un 24% y
aquí, en Tela, un 70%”.
El hallazgo motivó al centro de investigación a
establecer una alianza con Operación Wallacea, una red de académicos europeas y
norteamericanas, para que estudiantes y científicos practiquen buceo y realicen
sus exploraciones, cuyas tesis publicarán en revistas especializadas.
A diferencia de Islas de la Bahía, adonde los
turistas pueden bucear la mayor parte del año, en el mar de Tela solamente de
abril a octubre, cuando no hay lluvias. El agua de los ríos Ulúa y Leán reduce
la visibilidad.
Borcsök cree que, por ahora, el buceo estará
limitado a las personas que realizan actividades científicas porque en Tela,
para ver el arrecife hay que viajar en barco 15 minutos. Mientras, “en Roatán
está a 30 segundos” desde la playa.
El centro de investigación y otras organizaciones
esperan que el Congreso decrete las 111,000 hectáreas de mar en parque marino
para reglamentar las actividades humanas en toda esa zona y proteger el
arrecife.
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